Fluir con la vida es el secreto para sentirse bien. Te explico como yo lo entiendo.
Que el mundo está en constante cambio es algo que sabemos, sin embargo seguimos viviendo en una constante ilusión de permanencia.
En los últimos años, las nuevas generaciones nos han abierto los ojos a todos, se han olvidado de la rigidez de la permanencia y han dejado marchar el pasado mundo sólido, dando la bienvenida al actual mundo líquido, un mundo que cambia constantemente y se adapta sin límites como el agua, donde la única certeza es que no hay certezas, sólo posibilidades.
«Fluir con la vida es el secreto para sentirse bien».
Qué significa que el mundo cambia en realidad
Incluso en lo personal, tu cuerpo cambia por completo al cabo de 10 años. Ya no es el cuerpo anterior, es uno nuevo. Los genes se encargan de fabricar células semejantes a las anteriores, pero son otras, no son las mismas.
En el plano social y laboral, el mundo es distinto a cada momento, como consecuencia de las micro-decisiones que tomamos cada uno de nosotros a cada momento, decisiones que dan lugar a un comportamiento determinado que influye en las decisiones y comportamiento de los demás y por esa razón la realidad es cambiante constantemente. El futuro es predecible en parte, aunque la realidad es que el flujo de interacciones es constante. La permanencia es una ilusión.
«El futuro es predecible en parte, aunque la realidad es que el flujo de interacciones es constante. La permanencia es una ilusión».
El cambio de paradigma
Para entender el cambio de paradigma que se ha producido en nuestro mundo, me gustaría ilustrar gráficamente la diferencia entre el mundo sólido del que venimos y el mundo líquido en el que vivimos actualmente.
El mundo sólido se caracterizaba por ser estable, delimitado, predecible, inmutable. Podríamos entender ese mundo imaginando la forma de un ladrillo, con límites bien diferenciados, que no cambia de forma fácilmente, que para que cambie de posición debemos aplicar una fuerza que sobrepase su inercia para levantarlo y moverlo. El mundo del que venimos es así.
El mundo sólido de nuestros padres y abuelos era un mundo en el que los cambios eran lentos y pesados, donde las personas trabajaban en la misma empresa toda su vida, en el que no cambiaban de pareja casi nunca, las familias eran biparentales, los géneros se entendían bien definidos y existía una forma de vivir correcta, conocida por todos, y otra incorrecta, el resto. Todos compartían una vida sin sobresaltos, siempre con las mismas rutinas.
Cuando se producía un cambio importante que desorganizaba la vida correcta, como que alguien quedara sin empleo, se vivía como un momento de gran estrés y gran resistencia por vivir aquello que les producía incomodidad y negatividad. Los cambios eran algo extraordinario. Mover el ladrillo suponía un gran esfuerzo.
Según Zygmunt Bauman, el nuevo siglo comenzó a introducir un cambio de paradigma en este esquema que había permanecido invariable durante siglos. El nuevo paradigma supone entender que vivimos en un mundo donde el cambio es la normalidad. Y lo denominó “realidad líquida”.
El mundo líquido se comporta como el agua, sin límites diferenciados, sin forma definida, tomando la forma del recipiente en el que se aloja, liviano, sin necesidad de ejercer fuerza modificar su forma. Y pasamos del mundo ladrillo, el sólido, al mundo agua, el líquido, un mundo en constante y permanente evolución. En este mundo, la vida no es lineal, ordenada, rígida, todo fluye, todo cambia y es así como debemos vivirlo para sentirnos bien en él.
«El nuevo paradigma supone entender que vivimos en un mundo donde el cambio es la normalidad».
Fluir con la vida es la manera de vivir bien en un mundo líquido
En un mundo en constante cambio, la clave está en adaptarse constantemente, no resistirse al cambio, y el primer paso es aceptar que el mundo es así, entender el cambio como algo positivo.
Si eres de los que piensan que antes se hacían las cosas mejor, que las personas eran más respetuosas, tenían más disciplina y eran más comprometidas, te estás aferrando al mundo que conocías cuando eras niño, al mundo sólido. Debes cambiar tu mente y darte cuenta de que la vida ya no es así. En un mundo cambiante, las circunstancias son diferentes de forma dinámica y estás de repente en una realidad distinta, por eso la sensación de falta de compromiso que observas en la gente más joven. ¿Por qué comprometerse con algo que no va a permanecer?
La principal ventaja de la realidad líquida es que todo son oportunidades.
Mi frase preferida reza “la vida no consiste en esperar a que pase la tormenta, sino aprender a bailar bajo la lluvia”. Fluir en un mundo en constante cambio supone adaptarse a cada momento, aceptarlo e intentar bailar con él.
Y para aprender a bailar bajo la lluvia, para aprender a fluir con la vida, tienes que: abrir tu mente al cambio constante, bailar dentro del cambio, no resistirte. Y dejar ir lo que ya no funciona, lo que ya no importa, lo viejo.
«La principal ventaja de la realidad líquida es que todo son oportunidades».
El cambio constante también significa saber dejar marchar lo que ya no te sirve.
Conservar lo que te aferra al pasado, aunque sea un pasado reciente, no te deja avanzar.
Por ello te aconsejo que te renueves constantemente, aprende cosas nuevas y sobre todo tira lo viejo, deshazte de tus recuerdos, desde las entradas a aquel concierto hasta la ropa que ya no te pones.
Y eso es también aplicable a las personas. Hay que dejar ir a quien ya no suma para ti, a quien quiere irse, a quien forma parte de un pasado que no volverá, porque nada permanece.
Si miras con ojos de aventura lo que pase y rápidamente te adaptas al cambio que estás experimentando, si eres capaz de dejar atrás lo que deja de ser necesario para abrazar lo nuevo, estarás fluyendo con la vida.
Fluir es evitar resistirse, es una actitud de apertura al cambio que permite bailar con todo lo que ocurra, porque en cualquier caso, lo quieras o no, está ocurriendo.
Si quieres hacer comentarios, espero tus opiniones en emayor@emotionhr.com.
Si estás interesad@, puedes consultar las 10 anteriores estrategias para ser feliz que vengo publicando en esta revista desde enero.