Lo más escuchados en estos últimos días de diciembre de este 2020 que hoy finaliza se puede resumir en comentarios como “un año para olvidar”.
En este día de balance de un año que globalmente podemos calificar como francamente para olvidar, yo me pregunto qué enseñanzas podemos extraer.
El cerebro humano es la máquina más perfecta jamás creada, una conquista de la evolución que nos ha llevado a conseguir logros increíbles como especie que ningún otro ser vivo sobre La Tierra disfruta. Pues bien, esta máquina perfecta es capaz de recordar el pasado.
Una máquina que es perfecta no albergaría una función inservible que consume gran parte de su energía. Si somos capaces de recordar debe ser porque tiene una finalidad adaptativa: APRENDER.
Nuestra tarea a las puertas de despedir 2020 debe ser extraer el aprendizaje que nos ha aportado este año. Estos son los míos:
1) Aceptar la incertidumbre como parte esencial de la vida, donde nada es seguro, todo es posible, dejemos de obsesionarnos por buscar seguridad. Planifiquemos a corto plazo en un mundo en constante cambio
2) Para controlar una amenaza global, debemos actuar globalmente. Todos somos iguales ante el virus, no sirve de nada vacunar al primer mundo para eliminar la amenaza.
3) Toda crisis trae una oportunidad que volvemos a constatar con el salto tecnológico que la sociedad ha dado en medicina y en técnicas de organización empresarial.
Aprender a estar abiertos a los cambios, adaptándonos a ellos, sería el resumen de lo que nos ha aportado este 2020.
Mi gran deseo para 2021 es el de la SALUD. Os deseo que disfrutéis del amor de vuestros seres queridos con toda la salud que mi deseo pueda aportaros.
Y ahora, a por el 2021!!